Crónica de Pedro Altaba
Publicada en Nostálgicos Carretes Sagarra
Esta vez los maños, Richard Lenz y un servidor, no estuvimos a la hora. El sábado, día 15 de junio, tuvimos inaplazables compromisos familiares que nos impidieron, como hubiésemos deseado, estar presentes en Castelldefels para compartir la afición y, especialmente, para agasajar a Manel Lloréns. No pudo ser, pero eso no impidió que el domingo, a primera hora de la mañana, nos presentásemos en la sede de ADAIP Castelldefels con algunos carretes y material de pesca para exponer y con muchas ganas de ver a los amigos y socios de AECAPS.
Pudimos saludar, de entrada, a Pedro de la Sen y esposa, tan amables y cariñosos como siempre, que fueron el alma de la reunión. Repartieron obsequios de la Asociación, que ya son parte importante de nuestras colecciones. Tomás Salazar, el vigilante centurión de ADAIP Castelldefels, repartió para desayunar un ligero ágape a base de callos con garbanzos, y manitas de cerdo con almendras que levantaron el ánimo al sagarrista más deprimido. Saludamos a Ferrán Mora, con quien comentamos -y nuevamente agradecimos- su excelente hospitalidad en Denia. Departimos con el matrimonio Corrochano, cuya afición no tiembla ante la distancia y se preocupó de suministrar preciosas jarras de cerámica de Talavera. Pero destacar la presencia de Saturnino Serrano, que demostró su valía, afición y temple viniendo en avión desde Asturias, a pesar y por encima de cualquier pesar. Nada hace temblar a este veterano sagarrista.
En el debe, se echó en falta la presencia de Andalucía. Tampoco estuvo nuestro mentor, amigo y periodista favorito, José Luis Lago. Ni el castellonense de Torreblanca Rafa Edo, infatigable en su afición y cumplidor como nadie en su trabajo. Mencionar con un especial recuerdo al aficionadísimo y supercoleccionista Enríc Padrós. No estuvieron, pero fueron cariñosamente recordados. ¡Hasta muy pronto!
Los maños nostálgicos de los carretes Sagarra creímos en un primer momento que, por la tardanza en haber acudido, volveríamos a Zaragoza sin ver a Manel Lloréns pero, afortunadamente, no fue así. Apareció a media mañana escoltado por el excelente coleccionista y amigo Vicente Garmón, y pudimos compartir con él la jornada y aprender cosas nuevas de la fábrica “Sagarra” y de sus carretes.
Richard Lenz (foto inferior junto a Manel Llorens) disfrutó viendo el material expuesto y comentando cosas de la historia de la pesca. Yo también lo pasé de lo lindo.
Hay una anécdota que no voy a dejar en el tintero. Expuse un Sagarra modelo 47 azul, que llegó a mis manos por pura casualidad hace algunos meses. Está muy bien conservado y es pieza preferente entre los carretes que poseo. Pero ahora lo es más, a tenor de lo que me contó Manel Lloréns. Resulta que, al verlo, empezó a examinarlo con mucho interés y dijo: “¡Es un carrete de maneta de cebolla!”. ¿Qué significaba? Paso a contarlo.
Resulta que los primerísimos carretes modelo 46 y modelo 47 que fabricó “Sagarra”, hasta –aproximadamente- finales del año 1.948, estaban provistos de una maneta dotada de un pomo redondeado y de forma casi cilíndrica, sin estrías, elaborado en un material de origen vegetal el cual, al ser mecanizado, desprendía unos vapores que hacían llorar a los operarios que los manejaban al irritarles los ojos (tiempos aquellos en que las normas de prevención de riesgos laborales apenas existían). Esos carretes modelos 46 y 47 tenían tapón metálico de aluminio anodizado del mismo color que el cuerpo y la “maneta de cebolla”. Y esas son las primeras series que salieron de la factoría.
Posteriormente, a partir de 1.949, el pomo de material vegetal fue sustituido por otro de baquelita, con estrías longitudinales, al igual que el tapón metálico, que pasó a ser el que se ve ya con más frecuencia, con un agujerito de latón en medio.
Si se compara la foto del mencionado carrete modelo 47, que adjunto, con la del primer Sagarra modelo 46 que aparece en Nostálgicos procedente del archivo de la factoría Sagarra, que también acompaño, se puede comprobar que el pomo y el tapón en uno y otro son los mismos. Manel me dio una gran alegría al confirmar la antigüedad y autenticidad de la pieza.
El sorteo de material de pesca fue prácticamente un monopolio para Talavera, por lo que el resto, salvo alguna excepción puntual, fuimos meros espectadores del éxito de los Corrochano.
Pasó la mañana, nos despedimos y volvimos a casa, con alegría de haber estado en el evento (aunque poco rato) y con ganas de repetir. Un fuerte abrazo a todos y gracias.
Pedro Altaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario